Mary Carl Arsenault

Lista de hermanas fallecidas

Fallecida el 08/07/2011

Hna Mary Carl SMSM
(Viola Arsenault)

11 de enero 1925-8 de julio 2011.

“Ser un testigo de Cristo no consiste en hacer propaganda ni mover mucha gente sino en ser un misterio vivo. Significa vivir de tal manera que su vida no tendría sentido si no existe Dios” Cardinal Suhard.

¡Hna Mary Carl era un testigo de Cristo! Nació en enero 1925 en Reading, Massachusetts. Creció en una familia fuertemente católica con su mamá Mary y su papá Joseph y dos hermanas y dos hermanos. Estaba totalmente muy cerca de ellos.

La Hermana ingresó a la congregación de las Hermanas Misioneras de la Sociedad de María el 31 de julio 1948 y profesó el 2 de febrero 1951. Este año celebró sus 60 años de vida misionera como Misionera Marista llamada a vivir el espíritu de María y servir en la misión de Cristo. Después de su profesión, la Hna estudió en el Colegio de Fannie Farmer´s cooking y desarrolló esta habilidad en el noviciado de los Padres Maristas en la Isla de Staten donde trabajó como cocinera y en la lavandería, mientras espera su envío y ganaba un poco de plata para nuestra pobre región con muchas vocaciones en formación.

En marzo 1954 fue enviada a Jamaica en la comunidad de Hansen donde hemos tenido la administración del hospital de leproso del gobierno. Allí es “Jill de todos los oficios”, poniendo sus manos en la enfermería, lavandería, cocina y laboratorio trabajando y cosiendo durante los próximos 5 años.

Regresó a nuestra casa central en Framingham con un fuerte artritis reumática. Necesitaba un largo tiempo de reposo por lo menos un año. Lo poco que sabía era que esta enfermedad volverá su misión desde entonces. ¿Cuándo tomó la decisión que nunca se quejará de su sufrimiento y de su limitación? ¿Cuándo se dio cuenta de que su sueño de misión al exterior ya no será posible? Nuestra Bendita Madre le dijo ”si” a la voluntad de Dios y esto era el modelo de Hna María Carl.

Desde 1962 hasta 1967 empezó a trabajar la cerámica con la Hna Anne Frank como remedio para mantener sus manos suaves y flexibles. Era muy creativa y su trabajo era muy bonito y muy delicado. Me sentí muy privilegiada en trabajar con ella durante mis fines de semana llegando de mis estudios de enfermería.

Puedo testimoniar el hecho de que Hna María Carl era una de estas personas viviendo el misterio de la vida y revelando a Dios solamente ser como es, conociendo por su sonrisa, su inteligencia y su voluntad no la dejaron en su incapacidad. Yo estaba cerca de ella cuando murió. No tenemos ninguna idea de cuantas cirugías ha tenido en sus manos y en sus pies también, pero lo que sabemos es que eran muchas. Cuando tomaba sus manos al morir, me quede asombrada al ver estos dedos tan tullidos alcanzar en tejer gorras para bebes. El tejido para el básquet queda todavía en la esquina de su cuarto.

De 1971 a 1983, fue administradora local, administradora económica de la región y administradora de la misión. Fue una muy buena ecónoma y fue muy apreciada por todas las hermanas cuando daba plata cuando se le pedía con sonrisa siempre amable sin juzgar a las hermanas ni ceremonia.
Estuvimos muy agradecidas y contentas cuando fue nombrada a nuestra misión en Brooklyn con los Padres Maristas de 1986 a 1989. Esto fue el final cuando regresó a Waltham con una época muy delicada por su reumatismo seguido con un tiempo en el hospital en Marist Hill.

1990 a 1999, fueron años de alegría en Waltham. Trabajó en nuestra área de estampillas y era miembro de nuestro equipo en la casa y administradora también. Fue una persona muy atenta: persona que compartía mucho, de vez en cuando sale con chistes, nunca critica y ha tenido una cierta empatía. Todo el mundo la quería mucho.

De 2010 a 2011, se cayó mucho y tuvo fracturas de hombros y de clavículas y desde ahí empezó a desarrollar la perdida de memoria y fue ingresada a la casa de reposo Elizabeth Seton. En junio, se fracturó la cadera y fue entonces limitada en todo incluso en la memoria. El 7 de julio, al finalizar su desayuno, pidió auxilio porque veía gente vestida de blanco al pie de su cama. La ayudante le dijo que no veía nadie. La Hna los buscaba y de pronto cayó en coma.

Murió entonces el 8 de julio. Las Hermanas se desplazaron junto con su familia para decirle que está sola en esta partida definitiva y decirla cuanto la aman.
Creemos que Jesús su prometido vino a buscarla y de seguro que El preparó un lugar bonito para ella en su Reino y que la acoge con brazos abiertos. María, que la escogido para llevar su nombre y vivir su espíritu la desea ahora un “Feliz Jubileo de sus 60 años”. La Virgen la asegura de que ya no hay más sufrimiento ahora pero solamente alegría y gozo.

Que Hna M. Carl (Viola) se acuerda y reza por nosotras.

Hna Judith Sheridan, smsm